Ser tu amigo
¡Ser tu amigo, Señor, jamás lo imagine!
A veces pensaba…”seria hermoso”…
¿Pero quien me sacaba de ese pozo
Donde yo, poco a poco, deslicé?
Sin embargo, un día te encontré!
Y hallarte fue maravilloso,
Porque tú descendiste a ese foso
Y por tu obra en la Cruz me levante!
Por eso tu nombre, Señor, glorifiqué!
Y este humilde poema dediqué
Para decirte te alabo y te bendigo!
Y hoy, al sentir que marchas a mi lado
Puedo exclamar con júbilo sagrado:
¡Que hermoso, Jesús, es ser Tu Amigo!!!
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