Batallando
cuantas cuitas, en mi alma, hoy habitan;
preguntas que del cielo, me palpitan,
mientras batallo entre dudas y certeza!
Si de Cristo yo poseo su riqueza
porqué mis pasiones se suscitan,
y agolpadas, dentro mío, hoy se excitan
meciéndome entre el barro y la nobleza?
Como sutil telaraña, en fibra gruesa,
el pecado me acomete y me traiciona
queriendo acorralarme en su vileza.
Levántate, oh alma mía, que no hay “lona”
Que si el Padre te ha llamado en su grandeza,
No hay lodo para ti…sino CORONA!!!
Amén...
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