lunes, 24 de enero de 2011

"El hombre eterno de tu raza"

El hombre eterno de tu raza

Me duele, Señor, la condición del hombre,
me duele su dolor, su tensa rabia;
me duele su hastío y su pobreza,
me duele su infortunio y su ignorancia.

Me duele verle triste y agobiado
perdido entre sombras milenarias;
vagando sin ti… e indiferente,
el hombre que te ha dado las espaldas!

¡Cuanta miseria y cuanta extravagancia!
¡Cuanta riza hueca… y cuanta lagrima!
¡Cuanta falta de paz, de amor genuino!
¡Cuantos gritos que se pierden en la nada!

Si Señor: me duele mucho el hombre, y,
mientras no me llegue a tu cruz, para abrazarla,
seguiré cargando a solas mi dolor,
seguiré soportándolo en mi alma.

Déjame abrevar en tus aguas cristalinas,
quita las espinas de mi llaga,
y quita este dolor, que me destruye,
y calma la sed de mi garganta!

Y mira, Señor… ya no me duele el hombre,
parece que el ayer no me importara,
¡tu cruz ha sanado mis heridas!
¡tu amor ha quitado aquella carga!

¡Y hoy soy feliz… feliz por siempre!
Estoy henchido de gozo y esperanza,
y así voy, caminando, lentamente,
construyendo “el hombre” con tu Gracia.

Un nuevo hombre… UN HOMBRE NUEVO
que en un nuevo Génesis se engarza;
un niño, que te ama y que desea:
¡SER EL HOMBRE ETERNO DE TU RAZA!


 


Por Carlos Seewald

jueves, 20 de enero de 2011

Imposible



                   Imposible

Cómo expresar a Jesús, Resucitado?
Qué es comparable a su grandeza?
Cómo exponer, en un todo, su riqueza?
Cómo encasillar, lo de él, imaginado?

Habrá pincel que suave y delicado
pueda pintar tal cuadro de nobleza?
Habrá genio, que con toda sutileza
respuesta de, sin haberse equivocado?
                                                  
Habrá un corazón, que preocupado,
frente al Cristo, de gloria, se embeleza
ante tal magnitud, y quebrantado,
                                           
Se postre ante el, y ya a su mesa,
se sienta uno más… un invitado
do solo contemplarle, le interesa?
                                             
Tal magnitud no me deja aletargado,
formarme un cuadro de él ya no me pesa;
te amo así, mi Jesús, y quebrantado
                                            
Expongo con alivio, y con tristeza,
lo inútil de mi afán atribulado:
imposible…imposible enmarcar tanta belleza!!!
 

   Carlos Raúl Seewald

Dice la palabra


Dice LA PALABRA

“Señor, ¿QUÉ QUIERES que yo haga?” (Hechos 9:6)
No dice: “¿Qué deseas que yo haga por ti?”
A veces pareciera decir lo mismo, pero hay una marcada diferencia entre “hacer las cosas en Su Nombre”, a que ÉL LAS HAGA A TRAVÉS DE MÍ, EJERCIENDO SU SEÑORÍO Y MARCANDO SOBRE MIS PASOS SU VOLUNTAD DIRECTIVA (Hebreos 13:20-21)
Dice la palabra: “Él cumplirá su propósito en mi”
No dice: “Yo cumpliré mi propósito en Él”
Cuando no hay pureza de corazón ante Dios, se torna difícil discernir. Es factible, entonces, “torcer” el sentido de las Escrituras, para que (en fin) digan lo que yo quiero que digan.
“Hay caminos que al hombre le parecen derechos, pero…su fin son caminos de muerte” (Proverbios 14:12 y 16:25)
Oramos en el Padre Nuestro: “…Hágase tu voluntad…”
Entonces: ¿no reconozco en mi corazón cuando me desvío y hago las cosas “a mi manera”?
¿Soy auténtico…o religioso?
¿Soy “de afuera” como “por dentro”?
¿Me examino si estoy en fe?
Fe verdadera. Centrada en Cristo y en su programa en mi. No mi capricho. ¡No mi voluntad, sino la suya!
Señor: ¿QUÉ QUIERES que yo haga?

Amén.

La virtud no pasó de moda


“La virtud no pasó de moda”

Joven: Como se vive hoy, parece ser que la virtud fuese el mayor de los defectos en la especie humana. La corrupción ha ido trastocando los valores morales del hombre y hoy parece ser que hay que adoptar tales actitudes degradantes, para no caer fuera del lineamiento de conducta que esgrime la sociedad contemporánea. Y el mal avanza. Sus hilos, a veces invisibles por la delgadez, van entretejiendo paulatinamente esta capa de suciedad que corroe el corazón del hombre.
  Parece que pensar bien fuera el mayor pecado. El cálculo frío y la premeditación, la saña, la malicia y la inconciencia son valores corrientes en el mercado que el hombre ha hecho con su propia vida.
  Pero esta vil moneda jamás podrá ser verdadera. Dice la Biblia que “los malos hombres y los engañadores, irán de mal en peor, engañando y siendo engañados”. Tarde o temprano el supremo juez nos llama a la realidad y este funesto negocio se acaba.
  Joven: No dejes que este vil mercado meta sus negras fauces en tu preciosa vida.
  La virtud no pasó de moda, es perenne, como la bella Palabra de Dios.
  Jesús es la máxima virtud de Dios para el hombre. Conócela y conocerás su valor, que no cambia, ni se empobrece, ni te añade un ápice de tristeza.
  Cristo Jesús es la virtud que necesitas para hacer de tu vida un oasis de paz y de Amor, y en el cual, tu prójimo, también puede saciar su sed…

Poema para la despediad


Poema para la despedida

El día de mi libertad ha de ser un poco triste…Me iré dejando tras de mí un montón de cosas hermosas, de las cuales no quisiera separarme nunca:
Mis hermanos en Cristo!
Rostros que ya no veré, pero que se irán conmigo en ese lugar de los recuerdos que todos llevamos por dentro. Dejaré  a los que sufren, a estos parias de la vida.
Sin familia, sin amigos, sin un Dios que necesitan y del cual -si me quedara-podría seguirles hablando… Y me pregunto:¿Podré cambiar mi libertad física por el sumo placer de hablar con alguien-que está encerrado en una celda, masticando a solas su dolor-de mi Cristo amado?
Me pregunto si podré ser feliz el día que me vaya de aquí y ya no pueda reclinarme junto a la ventanilla de una celda y dialogar con el que sufre, compartiendo su dolor y sus lagrimas…respirando juntos esa soledad que satura la fría cárcel y hablarle de ese Dios de Amor que un buen día también se acercó a mi celda, y me obsequió su paz…su Perdón…y su Presencia!!!
Me pregunto si podré irme de aquí sin volver la vista, sin llorar la despedida. Si podré, al fin, ó si quedaré compartiendo Este Amor con este prójimo que clama y tiene hambre de vida, de amistad y de cariño…
¿Y como haré para despedirme?
¿Tendré el coraje de decirles algo?-“hasta siempre, chau, Dios te guarde?”-
Si, un día me dirán las autoridades: -“Esta en libertad”-
Y comenzaré a repartir mis pocas pertenencias entre aquellos que quedarán, y tal vez sólo me vaya con mi Biblia, mi vieja Biblia compañera, Palabra Bendita que llenó mis soledades y condimentó el sinsabor del encierro con un tibio gusto a cielo… Si, me iré con mi Biblia, si es que nadie me la pide; si es que al marcharme no me inclino en una última ventanilla y le digo a quién está dentro:-Toma, léela, Dios quiere liberarte, El Señor te ama, y aunque a veces tu dolor te ciegue un poco los ojos, y esa rebeldía que se agita en tu pecho te lastime el alma, pensá en Jesús.
El está aquí; El está en este pabellón, camina por estos pasillos, entra en cada celda, y hasta se viste con nuestra propia miseria, se hace uno con nosotros, comparte nuestras penas, El nos quiere liberar…Quiere romper las cadenas…Ofrécele tu corazón… deja que abra esas rejas. Hablá con El esta noche… poné en sus manos tu pena y mañana amanecerás con una esperanza fresca, con Paz en tu corazón; con ansias de vida nueva,
y comenzarás a ser luz para otro que este en tinieblas…
Solo podré irme de aquí, hermano prisionero, para servirte mejor desde un horizonte nuevo. Para trabajar más arduamente, por vos y tus compañeros.
Solo me iré para servir a este Cristo que ha cambiado nuestras vidas, andando por los caminos, diseminando semillas, pregonando las verdades que este mundo necesita.
Solo me iré de aquí para darte más de mi vida!!!
El día de mi libertad ha de ser un poco triste…
Dame  tus fuerzas, Señor, y hazlo tardar, si es posible, no ves que hoy estoy llorando porque al fin tendré que irme?
Dame tus fuerzas, Señor…
                               Ayúdame a despedirme!                
             

Carlos Raúl Seewald – Junín (Bs.As)

¿Que he de hacer?



   ¿Qué he de hacer?


                               I 
Su cara entre las manos, perturbado,
el hombre se pregunta: “¿qué he de hacer?”
Voltea su mirada, no quiere comprender
que a sí mismo se encuentra encadenado…
                               II
Y esgrime su rostro, mesurado,
el mundo lo rodea, y su placer;
¿Será la vida el solo echo de “tener”
y disfrutar del bien acumulado?
                              III
Gasta y vive, ríe y canta…despreocupado,
ilusiones le llueven por doquier,
todo alcanza con su mano, y al saber,
el fin está en las metas, lo ha logrado!
                              IV
Hoy se siente “el hombre realizado”
¿Qué más se podría pretender?
Status, buen vestir y buen comer,
se cree rey en su entorno articulado!
       V
¿la muerte? Lo tiene sin cuidado!
¿Si hay Dios? Y vaya uno a saber!
Inconsciente, pretende hasta imponer
el credo de su andar sofisticado!
       VI
Y el final lo espera, sutil, agazapado!
Viene el caos…ya se quiere esconder!
Y otra vez se pregunta “¿qué he de hacer?”
¡Para la muerte nunca estuve preparado!


        VII
(Necio aquel que vivió subordinado
al sistema de su propio carrusel,
ignorando que en su farsa de oropel
mil quimeras lo tenían engrillado!)
        VIII
Detente! Hay un Dios, pero cuidado!
Mira bien si algo vas a prometer,
no existen vagas maneras de creer
que allanen un camino equivocado!
          IX
En el calvario…un mojón se ha levantado:
El Cristo de la historia, del hoy y del ayer,
para el hombre, que puede allí obtener
perdón de Dios…en un crucificado!
           X
(¡Cuánto tiempo perdido y malogrado!
¡Cuánta risa hueca hubo en mi ser!
Cuanto escombro y ruinas vi caer
en la faz de la tierra, dispersado!)
           XI
El fantasma del temor ya se ha alejado!
La confianza ha ganado, no hay porque temer
y hoy tengo la respuesta: “Sé qué hacer!”
¡A los pies de la cruz he claudicado!
           XII
Es poder de Dios allí expresado!
Hoy comienza mi nuevo amanecer!
Ya ni la muerte me puede estremecer…
Hay victoria en Jesús Resucitado!!!


Carlos Raúl Seewald

Señor mio y Dios mio


“SEÑOR MIO Y DIOS MIO”

Hoy he vuelto al camino…
A mi espalda queda un sendero de opresión, un pasado de sombras,
un ayer vacío colmado de angustias y vilezas.
Si hasta me parece que he vuelto de una guerra…
Cansado, triste, dolorido,
pero lleno de ilusión porque tú me esperas.
Tengo sed, Señor, tengo hambre de ti y voy hacia tu cena:
A ella estoy convidado
porque soy tu hijo .
Quiero beber de tu miel.
Quiero gustar tus manjares: paz, amor, misericordia,
¡solo tú puedes saciar mi hambre!
Mi pecho henchido de gozo no se cansa de alabarte;
Cuántas proezas mi Dios,
cuántos sueños hechos carne. Y cuántas ilusiones muertas que
su aroma no gustaste...Y me pregunto:
¿Qué es del oro del mundo, las lujurias, los desarmes, las mujeres,
los hombres?
Solo Tú ostentas título…los demás son vanidades.
(¿Quién se atreve hasta tu cumbre y quién de llegar al cielo?...)
Solo saben murmurar, blasfemar y luego odiarte.
¿Cuántos serán los valientes que han de llevar a tu estrado, un arrepentimiento sincero, un corazón quebrantado?
¿Cuántos buscarán salvarse?
Yo te pido, mi Señor, perdones sus iniquidades;
Ellos no saben lo que hacen, no conocen tus bondades,
tu reino tan diferente, que brota en la vida, en el aire, en la risa,
en la quietud de la tarde, en las compuertas del cosmos,
de ese mundo sin edades…
Un mundo puro, de gozo, con amor y sin maldades.
Y es allí hacia donde voy,
Aunque otros quieran quedarse.
La vida es para vivirla,
plenamente en tus verdades.
No me abandones, Señor, y nunca me desampares,
Que siempre tenga sed de ti y te llegues a saciarme.
Dame tu maná del cielo, mi Dios y calma esta…
Mi hambre!!!



 

Carlos Raúl Seewald

Ven a mi


                 Ven a mí

La ola del fracaso mi barca sacudía!
Y mi débil paso sonaba tan incierto…
Que más que un vivo, parecía un muerto
en los trances finales de fatal agonía.

¿Porqué luchar? ¿Porqué vivir? Decía             
observando un panorama opacado y yerto; 
el corazón  gemía de dolor, en un desierto
y sin apoyo existencial, también moría!!

Más Dios salió al encuentro de mi vida cansada
con sonar de trompetas, y oí que me decía:
“ven a mi con tu carga tan pesada”!!

Y sucedió el milagro, pues, al clarear el día,
me encontré con Jesús, y en su alborada,
mi alma radiante, ahora si… vivía!!!

Carlos Raúl Seewald                      

Sin Cristo


Sin Cristo”

Sin Cristo no hay vida, hay hastía
En un agonizar atroz, desesperado;
Sin Cristo no hay pureza, hay pecado
Matando el alma en su tajante frío.

Sin Cristo no hay cordura, hay desvarío
Que deja el corazón aletargado;
Sin Cristo no hay frutos, se ha secado
La higuera que ya no moja el río.

Sin Cristo no hay paz, ni encuentro
Con la verdad, el es el centro
Donde convergen humanidad y gloria;

Sin Cristo solo hay oscuridad y llanto,
Y en medio de la tormenta y del quebranto
Saber que se vive entre la escoria.

El necio

 “El necio”      -Salmo 14:1-

Pasea el necio su inconciencia
por el fátuo jardín de la quimera,
presumiendo vivir- a su manera-
el mejor nivel en su experiencia.

Trastoca lo genuino, en apariencia,
Y al verse defraudado, desespera;
Su opaca visión aventurera
Se diluye con vicios de demencia.

Detrás de un falso edén camina
y cuando ese cruel licor, le embriaga,
vomita su hastía en cada esquina…

Cuando dice que no hay Dios, divaga;
y, por no creer, en la verdad divina:
es la misma necedad… Su propia paga!! 

Al caer la noche


AL  CAER LA NOCHE - (ORACIÓN)


Señor, ya esta cayendo la tarde…y el rancho se ilumina,
(como esperando que la noche con su negrura lo tape)
Y me encuentro ante Ti…y este silencio enorme
me habla de tu presencia y de tu amor tan grande!
Y mira, Señor, aun hay unas gotas de sudor en mi frente
-Que denuncian que trabaje hasta tarde-
porque, sabes…la tierra es dura
y hay que darle firme y parejo para ganarle!
Y mira estos cachorros, Señor, que tu me has dado,
-Que necesitan del pan para saciar su hambre-
ellos también me inspiran y me infunden fuerzas,
y sabes…estoy esperando que crezcan para poder hablarles.
Ha Señor…quiero contarles como tu me salvaste!
Como cambiaste esta tierra seca en un  oasis!
Y como amasaste esta arcilla opaca
y le fuiste dando forma con tu cruz y con tu sangre!
Quiero contarles que te conocí una noche
(Cuando ya cansado de farra y vanidades)
Vagaba perdido por la vida misma
sin encontrar un apoyo para afirmarme…
Hace ya tres años, Señor, y me parece fue hoy
cuando pase por aquella pequeña Iglesia
Sintiendo esas voces de un coro de pequeñuelos
que cantaban gozosos porque tu los  salvaste!!
 Mi corazón fue sacudido… y hasta intente escaparme
-seguir prisionero de los vicios y la carne-
Pero tu amor fue mayor que mi suciedad
y cayendo de rodillas… tu me liberaste!!
Se me acercaron esos niños ( niños o ángeles?)
Alabando tu  nombre! Tu nombre que es tan grande!
Y mi corazón lloraba a gritos
pidiéndote perdón por mis maldades!
Como olvidar aquella hermosa noche
en que tu, con tu amor, me saturaste,
cambiando mi vida, y mis costumbres,
con ese triunfo que en la cruz lograste!
Ayúdame, Señor…y hazme mas santo!
Llena mi corazón con tus verdades!
Yque mañana, al salir el sol, pueda seguir tu senda,
y que esta pequeña cruz…jamás me canse!
Bendice este rancho, Señor!, mi esposa y mis niños!
Y este pan que la tierra ha de brindarme!
Ha… y que, como a mi, tu palabra, corra, vuele,
y así...
SEAN MUCHAS LAS ALMAS QUE SE SALVEN!!!
                             Amen!
CARLOS SEEWALD - MINISTERIO “JESUS AL MUNDO”-, JUNIN, ARGENTINA.

Otros pueden... tú no puedes

Quien pueda saber el autor de este tema, me gustaria me lo comunique. Gracias, Carlos.
OTROS PUEDEN… TÚ NO PUEDES

Si Dios te ha llamado para ser de verdad como Jesús, El te llevará a una vida de crucifixión y humildad, y pondrá sobre ti tales demandas de obediencia, que no podrás seguir a otras personas, ni medirte por otros creyentes, y en muchas maneras parecerá que El dejará a otras personas hacer cosas que El no te dejará hacer a ti.
Otros creyentes pueden jactarse de sí mismos, de su trabajo, de sus éxitos, de sus escritos, pero el Espíritu Santo no te permitirá hacer tal cosa, y si comenzás a hacerlo, El te guiará a una mortificación profunda, que te hará despreciarte a ti mismo y todas tus buenas obras.
Otros pueden ser permitidos tener éxito, en hacer dinero, o puede ser que se les deja una herencia, pero es probable que Dios te mantenga pobre, porque El quiere que tengas algo mucho mejor que el oro, es decir, una dependencia total de El, para que El tenga el privilegio de suplir todas tus necesidades día tras día, sacando de sus tesoros invisibles.
Puede ser que el Señor deje a otros ser honrados y exaltados, y guardarte escondido en la oscuridad, porque El quiere producir algún fruto fragante escogido para su gloria venidera, que sólo puede ser producido en la sombra. Puede que El deje a otros hacer una obra para El y que consigan reconocimiento por haberlo hecho, pero El te hará trabajar sin que sepas cuánto estas haciendo; luego, para hacer que tu obra sea más preciosa, puede ser que deje a otros recibir todo el reconocimiento por el trabajo que tú has hecho, y así hacer que tu galardón sea 10 veces más grande cuando venga Jesús.
El Espíritu Santo pondrá una guardia estricta sobre ti, con un amor celoso y te reprenderá por las palabras y actitudes pequeñas, o por perder el tiempo, sobre cuales cosas otros creyentes nunca sienten angustia. Así que, convéncete que Dios es un Soberano infinito, y que tiene derecho a hacer con los suyos como le agrade. Puede ser que no te explique mil cosas que te hacen estar perplejo con su tratamiento para contigo, pero si tú te vendes absolutamente para ser su esclavo de amor, El te envolverá en su amor celoso, y pondrá sobre ti muchas bendiciones que sólo vienen a aquellos que pertenecen al círculo más íntimo.
Convéncete para siempre, entonces, que tú debes tratar directamente con el Espíritu Santo y que El debe tener el privilegio de atar tu lengua, o encadenar tus manos, cerrar tus ojos, en maneras que no parece utilizar a otros. Ahora cuando estás tan poseído con el Dios Viviente que está en tu corazón, secreto, agradado y deleitado por este cuidado peculiar, privado, celoso, y por el gobierno del Espíritu Santo en tu vida,… entonces has encontrado la antesala del cielo.

¿Me amas?


                     ¿ME AMAS?

“¿Me amas, Pedro?” (Juan 21: 15-17)

¿Me amas, Carlos?
¿Me amas más que a tu propia vida?
¿Me amas más que a tu familia?
¿Me amas más que a tu ministerio?
Esa pregunta es para que te evalúes…
Cuando estás en aprietes, ¿me expones o te defiendes a ti mismo?
¿Me permites el control de tus acciones a diario o buscas hacer las cosas “para mi” como “a ti” te parece?
¿Me amas…rindiendo tu voluntad, para hacer la mía?
¿Me amas…y das la vida por las ovejas? ¿O sólo miras el número del rebaño?
Porque… ¿Qué pesa más en tu corazón? ¿Un buen diezmo o una oveja perdida?
¿Tu estatus o el lamento de una descarriada?
¿Qué gravita más en tu alma cada madrugada? ¿La plena comunión conmigo, en la dulce espera de mis órdenes para el día o tu agenda (sí, esa que, según piensas, está llena de “servicio” para mí)?
¿Lo pensaste, hijo? Y… entonces, a ver…
¿Me amas?

Ser tu amigo


              Ser tu amigo

¡Ser tu amigo, Señor, jamás lo imagine!
A veces pensaba…”seria hermoso”…
¿Pero quien me sacaba de ese pozo
Donde yo, poco a poco, deslicé?

Sin embargo, un día te encontré!
Y hallarte fue maravilloso,
Porque tú descendiste a ese foso
Y por tu obra en la Cruz me levante!

Por eso tu nombre, Señor, glorifiqué!
Y este humilde poema dediqué
Para decirte te alabo y te bendigo!

Y hoy, al sentir que marchas a mi lado
Puedo exclamar con júbilo sagrado:
¡Que hermoso, Jesús, es ser Tu Amigo!!!

Dios


                    Dios   (soneto)

No hay espacio vacío que El no llene,
no hay desierto que oculte su presencia,
no hay un átomo de luz en la existencia
que se pueda decir, que de El no viene!

No hay materia existencial que El no sostiene,
no hay mas Gloria, que su magnificencia,
no hay secreto que oculte una conciencia,
todo existe por El… y de El proviene!

Y el hombre, tan pequeño, su criatura
envilecido por la escoria del pecado
opaca ante Dios tanta hermosura;

Qué es el hombre Señor? Desesperado
Acudo a Ti, ya no quiero más locura,
Quiero en Ti, encontrarme, y ser hallado!!

La fé en Dios


             La fé en Dios  (soneto)

La Fé en Dios supera todo lo previsto,
es el poder que traslada la montaña!
y transforma el desafió, en una hazaña,
si lo confronto, hoy, con el aval de Cristo.

Porqué temer a la tormenta?- instinto-
Pues la duda no ha de entrar con su cizaña!
Ni el susurro del diablo, en su patraña,
pues del amor- de Dios- hoy me revisto!

Y aún si me enfrentara con la muerte
-que pretenda arrasarme cual un río-
en su perfecta voluntad está mi suerte!

De toda adversidad igual me río!
A que puedo temer si en El soy fuerte
y hay un grito de victoria adentro mío?!!            

Sin Identidad


INTRODUCCIÓN


“Sin identidad”

Así era mi existencia: un continuo deambular por el mundo que me había dado la vida, pero que me había privado de mi identidad. Y esas preguntas insaciables volvían una y otra vez a repiquetear en mi interior:
“¿Quién soy…de dónde vengo…hacia dónde voy?”
Mi familia me dio un nombre: “Fulano de tal”.
Pero nada más que eso.
Un nombre que sólo me identificaba con el medio ambiente donde había nacido, con aquellos que me rodeaban.
Un nombre al fin, como para decir que era alguien, como para justificar mi presencia, como para no pasar desapercibido. Un nombre como punto de referencia para las leyes y costumbres de los hombres, pero nada más…
Porque al fin de cuentas ese nombre sólo me ayudó a que los grandes interrogantes de la vida se agigantaran.
Claro…ahora era alguien. Una forma de identificarme -diría yo- “por fuera” solamente, para la sociedad que me rodeaba. Para que supieran que este hombre de carne y hueso era “Fulano de tal”.
Pero a mi ese nombre, sólo ese nombre, no me bastaba. Ese nombre no me identificaba conmigo mismo. No respondía a las exigencias que bullían en mi interior.
Porque me sentía extraño en mi propio mundo. Algo me decía que había sido creado para cosas trascendentes y eternas.
Mis ansias de vida, de paz, de perenne felicidad, me hablaban a las claras de que todo este universo que se abría ante mis ojos me tenía que dar una respuesta.
Todo esto tan hermoso que anhelaba no se podía esfumar como un simple sueño. En algún lado, en alguna parte tenía que existir un “algo” que me identificara con el cosmos, con la eternidad. Algún lazo de unión. Un puente. Un cordón umbilical…
¿Dónde hallarlo? ¿En Dios? Podría ser…
A veces pensaba en lo bello y hermoso que sería un día palpar su presencia.
¡Y en esa dulce presencia hallar el clímax de la vida!
Pero no lo encontraba. No daba con el camino. Seguía inmerso en mi propia oscuridad. En una oscuridad fatal que me llevó a vagar por los laberintos grises y fríos de una vida sin identidad.
Quería identificarme con algo y busqué los placeres, pero en vez de marchar hacia la luz, bajaba a más negras profundidades, a más densos fríos.
En vez de ir encontrando un apoyo donde afirmar una respuesta concreta a la vida, me sumergía en un tembladeral que me asfixiaba y me saturaba con olor a muerte, a resaca…
Y viví el hastío, el odio, la amargura.
Y me fui poniendo las caretas que encontraba a mi paso para sentirme alguien, pero no me conformaba, seguía siendo un “Don Nadie”.
Todo se desmoronaba a mis pies. Y el barro que me salpicaba me hacía mirar hacia arriba para no ver mi desgracia ¡Tal vez con otra careta, la vida se transformara!
Sombras y más sombras. Dolor y más rabia. Asqueado hasta de mí mismo, iba camino a la nada…
Pero un día amaneció con un rayo de esperanza.
Una Biblia entre mis manos, bendita Palabra Santa.
Que me hablaba de Jesús y de su muerte vicaria.
De un Dios que nos ha creado para hacernos de su raza.
De un Cristo que vino al mundo para limpiarnos el alma.
Y darnos la identidad que el pecado nos robara!
Gloria a Dios por su Don Inefable!
Aleluya…por su amor y su palabra!
Sí, he vuelto al equilibrio de una vida cimentada sobre valores eternos.
Porque mi Dios dijo: “YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA”
“YO SOY LA LUZ DEL MUNDO”
“PORQUE DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO (a mí y a vos) QUE HA DADO A SU HIJO UNIGÉNITO (JESÚS) PARA QUE TODO AQUEL QUE EN EL CREE NO SE PIERDA, MÁS TENGA VIDA ETERNA” (S. Juan 3:16)
Y sí, ahora se quien soy yo: un hijo de Dios que va, rumbo a la patria del alma!



Ministerio “JESUS AL MUNDO”
Junin, Bs. As., Argentina

miércoles, 19 de enero de 2011

Jesús


                        Jesús

No hay desamor que Él no transforme!
No hay debilidad que Él no consuma!
No en vano dio su vida por el hombre!
Es que Cristo no resta, siempre suma!

Su gracia siempre ha sido multiforme!
De un amor tan igual, no hay quien presuma!
No hay belleza total que a Él se conforme!
Ni su luz se opaca en densa bruma!

Vigoroso, su poder, nadie disputa!
Su victoria, en la cruz, siempre se exalta!
Lo eterno…no se vende ni permuta!

Pues entonces, corazón, sonríe y canta!
De la vida de Cristo hoy disfruta
en plena comunión…gloriosa y santa!!!

Esperar


     Esperar

“Otra vez me he pinchado al querer tomar rosas. ¡Que importa! Este pinchazo me volvió a la realidad, de donde nunca debí salir.
Otra vez iré con más cautela... ¡o tal vez no!
¿Qué importa sufrir desencantos?
Lo importante es distraer esta inquietud del alma y caminar hacia la aurora.
¡Buscar, perseguir, luchar por la felicidad de los humildes! ¿Un desengaño hubo? Mejor. Ahora, sufriendo, sé lo que es luchar, y caer, y volverse a erguir.
Nada vale en el mundo lo que un minuto de esperanza.
Y aquel que, a pesar del desgarrón en las carnes, alza y sigue, espera.
Y esperar - ya lo dijo el poeta -,
 “es tener el alma lleno de rosales”…