jueves, 20 de enero de 2011

¿Me amas?


                     ¿ME AMAS?

“¿Me amas, Pedro?” (Juan 21: 15-17)

¿Me amas, Carlos?
¿Me amas más que a tu propia vida?
¿Me amas más que a tu familia?
¿Me amas más que a tu ministerio?
Esa pregunta es para que te evalúes…
Cuando estás en aprietes, ¿me expones o te defiendes a ti mismo?
¿Me permites el control de tus acciones a diario o buscas hacer las cosas “para mi” como “a ti” te parece?
¿Me amas…rindiendo tu voluntad, para hacer la mía?
¿Me amas…y das la vida por las ovejas? ¿O sólo miras el número del rebaño?
Porque… ¿Qué pesa más en tu corazón? ¿Un buen diezmo o una oveja perdida?
¿Tu estatus o el lamento de una descarriada?
¿Qué gravita más en tu alma cada madrugada? ¿La plena comunión conmigo, en la dulce espera de mis órdenes para el día o tu agenda (sí, esa que, según piensas, está llena de “servicio” para mí)?
¿Lo pensaste, hijo? Y… entonces, a ver…
¿Me amas?

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