jueves, 20 de enero de 2011

Señor mio y Dios mio


“SEÑOR MIO Y DIOS MIO”

Hoy he vuelto al camino…
A mi espalda queda un sendero de opresión, un pasado de sombras,
un ayer vacío colmado de angustias y vilezas.
Si hasta me parece que he vuelto de una guerra…
Cansado, triste, dolorido,
pero lleno de ilusión porque tú me esperas.
Tengo sed, Señor, tengo hambre de ti y voy hacia tu cena:
A ella estoy convidado
porque soy tu hijo .
Quiero beber de tu miel.
Quiero gustar tus manjares: paz, amor, misericordia,
¡solo tú puedes saciar mi hambre!
Mi pecho henchido de gozo no se cansa de alabarte;
Cuántas proezas mi Dios,
cuántos sueños hechos carne. Y cuántas ilusiones muertas que
su aroma no gustaste...Y me pregunto:
¿Qué es del oro del mundo, las lujurias, los desarmes, las mujeres,
los hombres?
Solo Tú ostentas título…los demás son vanidades.
(¿Quién se atreve hasta tu cumbre y quién de llegar al cielo?...)
Solo saben murmurar, blasfemar y luego odiarte.
¿Cuántos serán los valientes que han de llevar a tu estrado, un arrepentimiento sincero, un corazón quebrantado?
¿Cuántos buscarán salvarse?
Yo te pido, mi Señor, perdones sus iniquidades;
Ellos no saben lo que hacen, no conocen tus bondades,
tu reino tan diferente, que brota en la vida, en el aire, en la risa,
en la quietud de la tarde, en las compuertas del cosmos,
de ese mundo sin edades…
Un mundo puro, de gozo, con amor y sin maldades.
Y es allí hacia donde voy,
Aunque otros quieran quedarse.
La vida es para vivirla,
plenamente en tus verdades.
No me abandones, Señor, y nunca me desampares,
Que siempre tenga sed de ti y te llegues a saciarme.
Dame tu maná del cielo, mi Dios y calma esta…
Mi hambre!!!



 

Carlos Raúl Seewald

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